Felizmente dejamos Punta del Este de buena mañana en dirección a Montevideo. A eso de la 1 estábamos en la estación de autobuses en busca de hotel q no encontramos, bueno, encontrar encontramos pero eran fuera de nuestro presupuesto. Así q nos fuimos al centro en taxis q van por fichas, es decir, q aunque ponga 44 en el contador te cobran 65 porque los 44 no son pesos, son fichas. Un sistema absurdo cuando los contadores son totalmente automáticos. Será para q parezca q te cobran 0 fichas cuando salen (q en realidad son 18 pesos). Dimos con un hotel llevado por asturianos, los más jóvenes entre los abuelos se vanagloriaban de vivir en Nueva York. Fuimos educados y no les pregunte donde por si las moscas. Nueva York es muy grande y decir el Bronx es como decir q vives en el Tercer Mundo. Salimos a comer a un restaurante baratísimo, a una libra un pedazo de lasaña increíble y 30 peniques la copa de vino. Q diferencia con Punta del Este. Con la barriga llena nos fuimos a ver el centro y me quedé a cuadros. Q ciudad mas fea y mas abandonada. Si en Buenos Aires se ve algo de desolación por las crisis q han pasado, aquí parece q todavía viven una. De hecho, la parte antigua está destrozada y llena de gente sin recursos. Una pena. Con un poco de inversión daría otra imagen. Aburridos, buscamos un cine y nos mandaron a un centro comercial en la parte nueva de la ciudad, en el centro hay uno y cerrado. Así q nos fuimos a ver la zona bien con centro comercial q proyectaban las últimas películas yankees del momento, tristísimo.

Con el humor por los suelos decidimos cambiar el billete de autobús e irnos el próximo día. De regreso al hotel vimos un teatro y por hacer algo nos metimos. Fue lo mejor del día con diferencia. Una obra de teatro magistral con cuatro duros. 'Morir' se titulaba y nos dejó perplejos. Muchísimo mejor q cualquier peli de Hollywood. En el hotel dejamos muy claro q tenían q recomendarla a todos.

23 Mar Viernes

Nos despertamos para desayunar y vimos q llovía, lo q faltaba para q no nos apeteciera salir. Yo decidí no moverme del hotel y Jose y Elena se fueron a ver un mercado q les gustó mucho. Tras comer en un restaurante tirado de precio, agarramos un taxi y nos fuimos a la estación de autobuses donde fuimos corriendo a la oficina de turismo para reservar hotel en Colonia, el hotel al q fuimos ya estaba lleno. 2 horas en autobús y a las 7 o asi ya estábamos en Colonia donde apreciamos la mala elección de hotel q habíamos hecho, Jose y yo estábamos en un zulo, menos mal q era para solo una noche. El resto del día paseamos por lo q ya conocimos y cenamos de cutre porque ya nos quedaba dinero y no era plan de sacar mas.