A las 6 de la mañana cogíamos el bus a ver las Torres del Paine, es decir, q dormimos menos de 4 horas. Nos despertamos derrotados. Fuimos todo el camino hacía Chile (4 horas) intentando dormir. En la frontera tuvimos q pasar andando y cambiar de autobús. Q diferencia de trato!! Los chilenos son muchísimo mas cariñosos y atentos q los bordes de los argentinos q se creen dios. Eso si, todo mas caro a este lado. Nada mas entrar en el parque de las torres no paramos de ver Lamas y como unas avestruces, increíble lo cerca q estaban de la carretera y ni se inmutaban de nuestro paso con la furgoneta. Las torres del Paine se dice a toda la cordillera, pero consiste en 3 picos q destacan entre unas montañas. Todo alrededor es impresionante, lamentablemente no teníamos tiempo para quedarnos mas días y hacer excursiones por la montaña, hubiera sido muchísimo mejor. Los lagos, la catarata, los animales, el hotel en mitad del lago, todo era asombroso. Para ver las cataratas tuvimos q pasar por un camino donde el viento casi nos llevaba, pero las vistas desde allí era lo mejor. Comimos al lado de un lago y ya no más, nos metieron en la furgoneta y de nuevo a hacer kilómetros hacia Puerto Natales. Tras varias horas llegamos a Puerto Natales y durante 2 horas y media estuvimos Elena y yo buscando algo barato, bonito y bueno pero al final nos quedamos en el hostel donde dejamos a Jose por no andar más. Al final no fue tan malo y la mujer se portó muy bien con nosotros. Estaba de nuestro lado en contra de los israelitas q no respetan a nadie, por eso intenta no acogerlos con excusas. A veces le mienten diciendo q son europeos con tal de reservar, y es q pocos hoteles quieren tener bulla con ellos. Cenamos en un sitio de carne, como no!, donde el camarero nos intentó tomar el pelo poniendo más dinero en la cuenta. Pero a nosotros poco nos timan, estamos más q educados.