Lovina, Bali, Indonesia
18 Nov FELIZ CUMPLEAÑOS LUCIANO!Toda la noche la pasamos en el autobús, ni nos movimos para pasar con el
ferry a la siguiente isla, Bali.
Llegamos a las 6 de la mañana y había poca gente por la calle, nadie. Solo
uno q nos llevó a su hotel donde tuvo q despertar a los q allí trabajaban. Y
es q era muy pronto.
El hotel estaba bien y le pudimos bajar el precio por estar en dos
habitaciones. Además tenía la típica ornamentación balinesa: entre india e
indonesa, con pilares con formas de templos y mucha planta. En todas partes
ponen sus ofrendas, pequeñas hojas con flores, especias y fruta para dar
suerte. Lo ponen hasta varias veces al día.
Estábamos agotados y descansamos durante el día, fuimos a la playa y nos
agobiaron los vendedores, éramos los pocos guiris en kilómetros.
Como no, ya q teniamos piscina en el hotel, decidimos estar dentro sin el
agobio y de paso probar nuestra funda para la cámara.
Y para q fuese algo productivo el día, contactamos con uno para hacer una
excursión el día siguiente.
19 Nov
A las 7 o así ya estábamos de pie para salir de excursión.
El primer lugar fue unas cataratas a las q tuvimos q bajar entre decenas de
tenderetes q vendían lo mismo, arriba la originalidad!. El agua estaba lo
suficientemente fría para no meterse en el agua.
En la carretera paramos en un mirador lleno de monos a los q alimentamos con
plátanos q vendían in situ. Uno se cabreo conmigo por llamarle feo y me
acojone, mas q nada porque muerden y transmiten enfermedades.
La siguiente parada fue un templo en la orilla del lago con unas vistas
estupendas, un jardín paradisíaco. Además no solo es un foco de turistas,
los balineses era la gran mayoría de visitantes.
El conductor nos tuvo q ver pijos porque nos paró en un restaurante carísimo
al lado de un mercado, nosotros nos encargamos de buscar uno mas normal. Lo
q me extraña es q estuviera lleno el local. Por supuesto, lleno de turistas.
Pegado al mercado estaba un jardín botánico también lleno de indoneses,
todos haciendo picnic en el parque. Tenían infinidad de cosas pero nosotros,
q vamos siempre echando leches, lo vimos desde el coche, parando para hacer
la foto y continuando, era enorme el jardín.
Para rematar el día nos llevó a unas aguas termales, llenas de indoneses
también donde vimos a un grupo de motoristas hacer de mirones, ninguno se
mojo ni un dedo. Nos quedamos como nuevos después de tanto matute en el
coche. Cuando nos dejo en el hotel estábamos relajados, listos para cenar y
dormir placidamente.
0 Comments:
Post a Comment
<< Home